jueves, 20 de agosto de 2009

Cuaderno de Bitacora - PJs

Continuamos conociendo la vida de nuestros aventureros. Esta vez es el turno de Herrgott von Arakhain, uno de los mejores lanceros de todo el reino.

Herrgott nació en la pequeña ciudad de Ardev, en Breland, en el seno de una familia burguesa. Su padre enseñaba letras e historia a los hijos de los nobles, y su madre administraba un par de talleres de costura.

Debido a la gran sabiduría de su padre, Herrgott recibió una educación superior a la común entre los habitantes de Ardev, aunque nunca se mostró interesado en las letras ni en la magia. En lugar de ello, pidió recibir instrucción militar, y se alistó en las tropas regulares que custodiaban las fronteras de Breland.


Rápidamente destacó entre los reclutas de su promoción por su particular mezcla de arrojo, orgullo, iniciativa, templanza y aguante, además de mostrar una habilidad sorprendente en el manejo del escudo y la lanza. Subió algunos puestos en la escala militar, y fue destinado a la guardia personal de Doramin ir'Wynarn, hermano del rey Boranel ir'Wynarn.


Doramin era un noble codicioso, cruel y cobarde, que siempre se sirvió de la magia para abusar de los lugareños y mantener sometidos incluso a sus propios soldados. Herrgott, orgulloso como era, jamás aceptaría ninguna orden fuera de lugar, e intentó siempre mantenerse al margen de la tormenta de problemas que generaba el hermano del rey.

Pero llegó el día en que recibió la orden directa de ejecutar públicamente a un joven campesino cuya falta, según Doramin, había sido entregar con retraso el impuesto sobre la producción de grano. Herrgott se negó, públicamente, a cumplir la orden, que tuvo que ser ejecutada por otro soldado. Esta aparente insubordinación fue interpretada por muchos en Arakhain y Ardev como un acto noble e íntegro, y fue el comienzo de la fama de héroe de Herrgott. Pero la indignación de Doramin ir’Wynarn resultó en un inmediato cambio de destino para el joven guerrero: el Frente de Murogris.


Se trataba de una campaña defensiva contra las incursiones de los monstruos de Droaam, que continuamente se cobraban bajas entre los defensores humanos.


Tras dos años de dura lucha, Herrgott cultivó buenas amistades (y varios ascensos) entre sus compañeros de línea, y juntos consiguieron pequeñas victorias en las constantes refriegas, manteniendo las fronteras de Breland a salvo. Un día, supieron que se aproximaba una fuerza enemiga considerable, y pidieron refuerzos al Castillo Arakhain. La ayuda fue denegada, y tan sólo recibieron una misiva, firmada por el propio Doramin ir’Wynarn, que entre otras cosas decía: “Espero que ese Herrgott, en la insubordinación que le caracteriza, sea el único soldado que se rinda ante el enemigo.”


Herrgott y sus amigos y compañeros lucharon en el Frente de Murogris hasta la muerte. Contuvieron asalto tras asalto, apoyándose mutuamente en filas muy apretadas, confiando en su habilidad, sus compañeros y sus pesadas armaduras y escudos. Al quinto día de batalla ininterrumpida, tan sólo una veintena de soldados, con Herrgott a la cabeza, defendieron el último torreón que quedaba en pie. El enemigo, al fin, desesperado por el insostenible número de bajas, tuvo que retirarse. Tan sólo quedaban vivos Herrgott y seis soldados más. Todos sus amigos habían muerto ante él.


De lo que Herrgott hizo después no hay mucho documentado, pero se sabe que volvió al Castillo Arakhain y se plantó ante el hermano del rey. Hay quien dice que le arrojó la cabeza de un enemigo muerto, otros hablan de un tenso cruce de reproches y desafíos. Una frase, pronunciada por Doramin, se repite en todas las versiones: “¿Qué pretendes ser, o demostrar, con una simple lanza y un escudo? ¡Sin magia jamás conseguirás nada importante!”.


Herrgott se marchó de Arakhain, herido en su orgullo, en busca de grandes gestas. Se sabe que se juró a sí mismo no volver a dejar morir a un amigo en combate.


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